Pequeños detalles...

Cuando marchaba a trabajar, buscaba entre bostezos
el repertorio de canciones que me acompañaría por el camino...

Me di cuenta que había escuchado muy poco... (unas cien veces),
esa cinta guardada y roida del cajón que me suplicaba nuevamente,
hacerme los minutos más amenos... y no he podido contenerme.

Así que... dejando la nueva tecnología para otra ocasión,
he vuelto a la infancia con mi cinta de música celta...
pulsando el play para que se iniciara en la cara A del casette,
para más tarde hacer lo mismo con la cara B.

Y es que...

Últimamente he dejado los libros para otro momento...
y es ahora cuando más me apetece ir viendo el paisaje gris de la ciudad,
que lentamente se transforma en un bello paraje al alejarme lentamente de Madrid.

¡Ese es el momento exacto!

Cuando la comisura de mis labios esboza una leve sonrisa,
al ver nuevamente la luz del sol...
el viento susurrando a las hojas...
esas pequeñas cosas que nadie suele ya dar importancia...
observar mi entorno e imaginar otros...

Verme en el medio de tanta belleza...
cuando mi cara se pega al cristal del bus
buscando la salida a espacios verdes e imaginarios....

Andar al paso de violines y tambores...
soñar con faldas a cuadros y gaitas...
y creer que soy protagonista de una bella historia
llena de valientes guerreros.

Y es que...

Es por todo esto, que todas las mañanas
tenga un buen motivo para levantarme y sonreir.

(Isa)